Goran Paskaljevic propone un viaje descarnado y basado en hechos cotidianos de un mundo desconocido para muchos: el hoy de la ex-Yugoeslavia, o más precisamente de la ciudad de Belgrado. Repleto de escenas de una violencia desenfrenada y de realidades que dejan reflexiones en el espectador, este film toca hechos reales que se convierten en historias de vida, mostrando una realidad mucho más cercana que la que puede verse en un noticiero televisivo.
La cotidianeidad de la vida en una ciudad inmanejable y violenta es sólo el punto de partida elegido por el director para mostrar su visión de Belgrado, y las historias de taxistas, policías, enamorados, asesinos y comerciantes se cruzan y descruzan ofreciendo una pintura casi surrealista de la vida en una Europa "olvidada".
En definitiva, Cómo un barril de pólvora es más que una eplícula, es un alegato y un llamado a la reflexión para quienes creen seguir de cerca la actualidad de un mundo del que mucho vemos y muy poco conocemos.