El film gira en torno a Wilson (Terence Stamp), quien tras pasar nueve años en la cárcel recupera la libertad con una obsesión: averiguar cuáles fueron los motivos verdaderos de la muerte de su pequeña hija, y al mismo tiempo vengar su muerte.
Para cumplir con su objetivo se traslada a Los Angeles, donde conoce a Valentine (Peter Fonda), quien parece ser el único que puede darle los datos certeros que está buscando.
A partir de allí, este padre dolorido y con ganas de venganza hace todo lo que está a su alcance para cumplir con su objetivo, sin disimular la violencia interna que tiene acumulada que no duda en manifestarla si es necesario.