La temporada de cine 2012/13 del Royal Opera House se inicia con la producción de Anthony Dowell de El lago de los isnes, creada para el Royal Ballet en 1987. Sin duda el más importante de los ballets románticos, El lago de los cisnes es la síntesis perfecta de coreografía y música. Aunque Tchaikovsky no vivió para verla convertirse en un éxito, su primera partitura para ballet es ya en sí misma sinónimo de ballet, inspira a generaciones de bailarines y se ha instalado en la cultura popular. Desde los inicios del Vic-Wells Ballet, El lago de los cisnes ha sido una de las obras insignias del Royal Ballet. Al crear esta producción, Anthony Dowell pretendía regresar a la versión auténtica de la coreografía creada por los grandes Marius Petipa and Lev Ivanov para el Mariinsky Theatre en 1895. Los diseños de Yolanda Sonnabend se basan en la corte imperial rusa de aquella época con una acertada mezcla de precisión histórica y fantasía gótica. Las escenas de la corte de los Actos I y III tienen una oscura elegancia enraizadas en el estilo opulento de Carl Faberge, mientras que los famosos actos “blancos” están llenos de bruma, sombras y luz de luna.