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La mayor virtud de la nueva película de Spiderman es que el director Marc Webb logró desarrollar otra entretenida producción pese al enorme desgaste que acarrea este superhéroe desde el 2002.
Es curioso porque el título de este film es El sorprendente Hombre Araña 2: La amenaza de Electro, sin embargo, el villano terminó bastante pintado en el conflicto central, al igual que la nueva versión del Duende Verde, quien recién aparece en los diez minutos finales.
En el caso de Rhino, interpretado por Paul Giamatti, el personaje quedó relegado a un cameo.
En defensa del director Webb se puede mencionar que hicieron bastante con Electro que no es precisamente uno de los personajes más creativos de Stan Lee.
En los años ´60 Lee era una máquina de inventar conceptos innovadores que revolucionaron los cómics de aquellos días y entre los numerosos villanos que presentó no todos lograban ser precisamente apasionantes.
Electro pertenecía a este grupo. Un chorro que manipulaba la electricidad y utilizaba su poder para robar bancos. En comparación con otros malvados como el Doctor Doom o Doc Octopus, que tenían historias y personalidades más ricas, Electro era un villano de medio pelo en la historieta de Spiderman.
La versión que interpreta Jamie Foxx no tiene nada que ver con el personaje del cómic, salvo por sus habilidades, y el origen se relaciona con la empresa Oscorp, como todas las cosas que ocurren en esta nueva serie.
Tanto el personaje de Foxx como el Duende Verde aparecen en la trama para justificar las escenas de acción, ya que el eje central de la historia reside en la relación de Peter Parker con Gwen Stacy.
Las idas y venidas sentimentales de la pareja abarcaron toda la atención de esta continuación y hasta Spiderman quedó relegado a un rol secundario en el conflicto.
En este punto encontramos tal vez una de las debilidades de la película, donde se descuidó el desarrollo de los villanos, que está bastante acelerado, por enfocarse demasiado en los aspectos románticos, con el fin de hacer más impactante el final.
De todos modos, cabe destacar que el trabajo de Webb se luce en la realización de las escenas de acción.
Las primera secuencia con la que comienza el film es increíble y sobresale la manera en que lograron retratar en la pantalla los movimientos de Spiderman tal cual se ilustran en las viñetas del cómic.
En las producciones anteriores no se había logrado esto con tanta precisión y desde los aspectos visuales este es uno de los puntos fuertes de la nueva entrega.
Andrew Garfield vuelve a presentar otra sólida interpretación en el rol protagónico al igual que Emma Stone, quien pudo sobresalir en su rol de un modo en que Kirsten Dunst no tuvo posibilidad de hacerlo en la trilogía de Sam Raimi, por la manera en que estaba encarado el rol de Mary Jane.
Por otra parte, el director Webb dentro de todo logró salir bien parado del desafío de trabajar varias subtramas en un mismo conflicto y en términos narrativos su película resultó mucho menos caótica de lo que fue Spiderman 3.
En general el nuevo film del Hombre Araña brinda una propuesta decente dentro de este género que se disfruta en el cine, pero no está a la altura de la última entrega del Capitán América, que me parece una película superior.