En Rigoletto, Verdi traza el destino de sus impresionantes personajes –el atormentado bufón que intenta vengarse de su despiadado y conquistador señor, el Duque de Mantua, que ha seducido alegremente a la inocente hija de Rigoletto, Gilda– con una música de inmensa fuerza teatral e inolvidable desde el primer instante. Basada en la polémica obra de Victor Hugo, Le Roi s’amuse, esta tragedia de Verdi de 1851 provocó una de sus muchas disputas con la censura antes de su estreno veneciano. Tras ceder en algún detalle, la obra triunfó a nivel local e internacionalmente. Los platos fuertes de la música –‘Questa o quella’ y ‘La donna è mobile’ del Duque, ‘Caro nome’ de Gilda y el famoso cuarteto (del cual Victor Hugo pensaba que mejoraba su obra en ese momento de la acción)– están entre las escenas más conocidas de toda la ópera. Presentada en 2001, la producción de David McVicar rebosa vida y color y, con el vestuario de época de Tanya McCallin y los efectivos y descarnados decorados de Michael Vale, constituye el marco ideal para esta exploración verdiana del amor, de la traición emocional y de la venganza más oscura.