A Caracortada de Brian De Palma es en mi opinión una de las mejores remakes que se  hicieron en la historia del cine y demuestra claramente que reversionar un film puede ser interesante si el trabajo lo hace un equipo de artistas creativos.
El mérito de esta producción es doble ya que se basó en la famosa película de Howard Hawks de 1932 que creó literalmente en la pantalla grande el cine gángster relacionado con historias del hampa.
Cuando Martin Bregman, el productor responsable de llevar al cine la novela de Mario Puzo, "El Padrino", decidió hacer una remake del clásico de Hawks los medios de prensa se lo querían comer crudo. En su momento la idea se tomó como un ultraje.
Pese a que el film contó con un equipo de producción tremendo donde se destacaba la direción de De Palma, el guión de Oliver Stone y la legendaria interpretación de Al Pacino (que más tarde sería imitada hasta el hartazgo), Caracortada no fue bien recibida por la gran mayoría de la prensa en 1983. Hoy suena loco esto pero realmente sucedió así.
De hecho, la única críti6ca positiva que recomendó el film en ese momento fue la que publicó el New York Times.
Después la película fue aniquilada por el resto de los medios pese a que funcionó bien en la taquilla. Años después el público volvió a redescubrirla cuando se editó en video y el film se convirtió en un verdadero fenómeno de culto que hasta el día de hoy continúa influyendo el arte de muchísimos artistas.
Para mí Caracortada es el ejemplo perfecto de cómo debe desarrollarse una remake.
Lo interesante de esta producción es que De Palma,  Bregman y Stone tomaron una historia popular y la reversionaron desde una óptica totalmente distinta.
El cuento era el mismo: El ascenso y caída de un poderoso y violento mafioso.
Sin embargo, aunque ya conocías el final del relato, la experiencia que ofrecía el film era mucho más intensa y te mantenía hipnotizado frente a la pantalla.
La película fue una historia épica de casi tres horas que si bien presentó los elementos clásicos del film original, también  retrató el mundo del narcotráfico que operaba en los Estados Unidos en los años ´80.
Pacino interpreta a Tony Montana, un inmigrante cubano que llega a Miami  para escaparse del régimen de Fidel Castro y en poco tiempo se convierte en el mafioso más peligroso y poderoso de la ciudad.
Oliver Stone basó el guión en un hecho real: El famoso Éxodo de Mariel, un movimiento en masa de ciudadanos cubanos que partieron del puerto de Mariel al estado de Florida, en los Estados Unidos en 1980.
Si bien la mayoría de los inmigrantes eran gente de trabajo que escapaban del régimen de Castro, muchos eran criminales que en Cuba contaban con grandes antecedentes penales.
Stone tomó uno de esos casos como conductor para narrar la historia de Tony Montana. Por supuesto, esto generó muchísimos inconvenientes con la comunidad cubana radicada en Florida por la manera en que se retrataba al protagonista del film.
Si bien en los créditos finales se anunciaba que Caracortada no representaba a toda la comunidad cubana, De Palma tuvo muchísimos problemas por este tema durante el rodaje, a tal punto que tuvieron que recrear la ciudad de Miami en Los Ángeles para evitar atentados contra los actores y miembros de la producción.
Inclusive hubo gente que creyó que Fidel Castro había financiado esta película. Un delirio total.
Lo cierto es que Al Pacino brindó una interpretación maravillosa, que no fue muy reconocida en su momento, donde logró hacerle creer al público que era un inmigrante cubano.
La violencia gráfica de la película fue tan intensa que cuando se estrenó en televisión en 1987 le quitaron 30 minutos al corte original.
En muchos países de Europa ocurrió lo mismo cuando se exhibió en las salas de cine.
De Palma retrató el mundo de los gángsters con un enfoque brutal y descarnado, que por otra parte no dejaba de ser realista. La escena de la motosierra, que en su momento a los críticos les pareció de mal gusto, creo que es una obra maestra de suspenso donde el director da una cátedra de cómo generar tensión con pocos elementos.
En realidad no muestra nada pero la escena está tan bien filmada que transmite con intensidad el horror que viven los personajes y por eso impacta tanto y te crees lo que ves.
 Aunque suene un sacrilegio para algunos lo voy a escribir igual.
En materia de historia de mafiosos, esta versión de Scarface a mi me gusta mucho más que El padrino (si bien son propuestas distintas) y celebro el regreso de Tony Montana a las salas de cine.
 Un clásico memorable que nunca te aburrís de ver una y otra vez.