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Después de la infame vejación a la que fue sometido hace poco un clásico del pulp como El Avispón Verde, del director Michael Gondry y Seth Rogen, quienes hicieron una película estúpida sin entender de que iba realmente el personaje, cualquier cosa podía suceder con el Llanero Solitario.
El pariente del Avispón (están relacionados en la ficción, por eso llevan el mismo apellido) tuvo un poco más de suerte con esta nueva producción cinematográfica que lejos de ser brillante por lo menos no distorsionó la esencia del personaje.
El último largometraje del cowboy enmascarado había sido
La leyenda del Llanero Solitario, de 1981, con Christopher Lloyd (Volver al Futuro) en el rol de villano que fue un tremendo fracaso comercial y hoy es un film de culto.
En estos días donde el Llanero volvió a la grandeza con la actual
serie de cómics de Dynamite, la versión cinematográfica de Disney presenta un buen escapismo pochoclero que narra la historia clásica del personaje creada por Fran Stryker en 1933.
La verdad que no la pasás para nada mal en el cine pero en lo personal le había puesto unas fichas a este estreno y pensé que iba a brindar algo mejor. Hay tres elementos que impidieron que sea una gran película.
1- La dirección de Gore Verbisnki es totalmente desconcertante.
No queda claro el enfoque que le quiso dar a la historia. Por ejemplo tenés momentos casi infantiles de comedia física bien Disney y después en una escena ves como el villano le saca el corazón a una de sus víctimas y se lo come. En otro momento una situación bizarra con el caballo Silver luego es seguida por otra secuencia donde masacran en una batalla a un grupo de indios con una ametralladora y los muertos pasan en la trama como si nada. Es muy rara la película en ese sentido y faltó un equilibrio entre la comicidad y la violencia brutal. Es como que no se termina de definir el rumbo por el que querían encaminar la historia. Hay momentos en los que parece una parodia y otro en los que el film es más serio.
2-Los protagonistas fallaron por completo a la hora de retratar la hermandad que une al Llanero con Toro.
Un aspecto clave de esta propuesta que no se concretó por la sencilla razón que Armie Hammer y Johnny Depp no tuvieron química entre sí. Cada uno hizo lo suyo pero no se conectaron como equipo. En este film los personajes andan juntos en el conflicto porque lo indica el guión, pero no lograron conformar una dupla memorable que te aliente a querer volverlos a ver en una secuela.
3- Johnny Depp fue la peor elección posible como Toro.
Hammer es un buen actor que tiene carisma y con otro compañero se hubiera destacado más como el Llanero, pese a que a su personaje lo hicieron más estúpido de lo habitual.
Depp, que sigue sufriendo la maldición de Jack Sparrow, no le dio al guerrero indio ningún matiz que permitiera que el espectador se olvidara de Piratas del Caribe. El look es diferente pero el espíritu del personaje es el mismo de Sparrow y ya aburrió.
Queda claro también que no se bancó ser segundo en el Llanero Solitario. La trama es narrada por Toro en 1933 a través de flashbacks, de un modo similar a lo que hizo el director Rob Reiner en La princesa prometida.
El único motivo por el que utilizaron ese recurso es para que Depp tuviera más presencia en el film, ya que los segmentos de 1933 no le aportan absolutamente nada a la historia y de alguna manera terminan por opacar al protagonista que debió ser Armie Hammer.
Vamos con los aspectos positivos.
En primer lugar fue un acierto que los productores descartaran la idea de desarrollar el conflicto a través del subgénero del weird western, que hubiera incluido elementos fantásticos y monstruos. Jerry Bruckheimer quería hacerla de ese modo pero al final no siguieron adelante con la idea que hubiera derivado en otra Wild Wild West. La verdad que este film es mejor que ese de Will Smith.
William Fichtner (Armageddon) la rompe como villano y creo que fue el mejor actor del reparto. Su interpretación del clásico líder de la pandilla Cavendish es brillante y lo convirtió en un auténtico psicópata que sobresale en la trama. Se nota que se divirtió con el personaje y lo transmitió en la pantalla.
Por otra parte, las secuencias de acción son espectaculares y en este punto es donde se más se destaca el trabajo del director. La dos persecuciones en tren con la que se abre y se cierra la historia son un espectáculo imponente que ofrecen los mejores momentos de este film. En los últimos 20 minutos aparece el Llanero Solitario que me hubiera gustado ver en más escenas.
En los aspectos visuales no se le puede objetar nada porque está al nivel de lo que Verbinski suele ofrecer. Sí se le escapó la duración que es dos horas y media sin necesidad y es un problema que tuvo también con la saga de piratas.
Si bien como entretenimiento pochoclero zafa y se deja ver, en lo personal me hubiera gustado encontrarme con la película de El Llanero Solitario en lugar de "Las memorias de Toro", pero bueno, pudo haber sido peor.