Frankie Dunn ha entrenado y dirigido agrandes boxeadores durante toda su vida. La lección más importante que les enseña, es la que utiliza para su propia vida: “Por sobre todas las cosas siempre debes protegerte”. Debido a un distanciamiento con su hija, Frankie no se ha relacionado con nadie por largo tiempo, teniendo como único amigo a Scrap, un ex boxeador que se ocupa de su gimnasio. Un día, Maggie Fitzgerald entra al gimnasio con la pretensión que Frankie la entrene para boxear. El se rehusa a ser su entrenador, diciéndole la cruda verdad: ella es muy vieja y él no entrena chicas. No dispuesta a renunciar, Maggie se entrena al máximo cada día en el gimnasio. Finalmente persuadido por la determinación de Maggie, Frankie acepta dirigirla y representarla. Ambos comparten un espíritu en común, encontrando el sentido de familia que habían perdido tiempo atrás. Pronto afrontarán una batalla que va a requerir mucho más coraje del que han tenido jamás.