Pasaron cinco años desde la primera historia de “Diarios de una princesa”, y ahora la diversión comienza cuando Mia ha madurado y se ha convertido en una deslumbrante joven y está lista para asumir su papel como princesa de Genovia.
Pero tan pronto se muda al Palacio Real con su bella y juiciosa abuela la reina Clarisse, se entera que sus días como princesa están contados, Mia tiene que dejar la diadema y de inmediato tomar ella misma la corona.
Como si la preparación para regir no fuese suficiente, a Mia nunca se le ha exigido más, las leyes de Genovia determinan que las princesas deben estar casadas antes de ser coronadas, a Mia le espera un desfile de pretendientes los cuales todos quisieran ser su rey.