Alex Sheldon es un autor cuyo bloqueo como escritor es el menor de sus problemas, ya que también está quebrado con una deuda 100.000 dólares. Después de colgarlo de la ventana y destruir su ordenador portátil, los matones le dan a Alex un ultimátum: o paga lo que debe dentro de 30 días o acaba muerto. La única manera que tiene Alex de conseguir esa cantidad de dinero es terminando su novela, de la que en ese momento no tiene ni tan siquiera una frase.
Tiene alguna idea de cómo quiere que sea la historia, pero sólo eso. Sencillamente parece que no consigue ponerla por escrito. Ahora, falto de inspiración y sin su portátil, Alex obtiene los servicios de la obstinada taquígrafa Emma Dinsmore para que lo ayude a terminar la novela y su editor le pague a tiempo para salvar el pellejo.
La historia de Adam Shipley pronto comienza a surgir. El Adam de ficción es un escritor joven y romántico que ha sido contratado para dar clases particulares a los hijos de Polina Delacroix, una elegante y atractiva francesa en una situación financiera desesperada. La historia que se revela es la del amor obsesivo que Adam empieza a sentir por Polina, al tiempo que ignora las posibilidades de un auténtico amor con la au pair de Polina, conocida en sucesivas encarnaciones como la severa sueca Ylva, la picarona alemana Elsa, la bella española Eldora y la práctica norteamericana Anna.
Entretanto, Alex y Emma pasan los días y las noches trabajando juntos en la novela. Emma le cuestiona sus ideas a cada momento. Sus aportes, al principio irritantes pero sin duda intrigantes, comienza a influir en Alex y en su historia. Pronto, la vida real empieza a imitar al arte, y éste, por su parte, a la vida.