Viktor Taransky fue un director de cine muy prometedor durante los años ochenta, pero ahora parece que toda su magia ha desaparecido. Agobiado por las presiones de los productores, y obligado a soportar las insolentes y absurdas exigencias de la actriz protagonista, se encuentra sumido en una fuerte depresión. Pero cuando conoce a Hal, un extraño informático con un solo ojo, su vida dará un importante giro.
El singular experto en computadoras le regala a Viktor un nuevo sistema informático diseñado por él mismo con el que se pueden crear personas digitales que imitan a la perfección a una real. Decidido a terminar su película de cualquier forma, utiliza el programa de Hal para crear a Simone, una actriz virtual que Viktor puede manejar a su entera voluntad.
Ella parece ser la fantasía de todo director. Diferente a sus colegas de carne y hueso, no envejecerá, no aumentará un kilo, no se embriagará, ni necesitará tratamientos de rehabilitación. No tiene un agente, ni un manager, ni un asistente, ni un gurú religioso. No exigirá un camarín más grande ni un jet privado. Ella realiza todas las tomas de riesgo. No necesita un doble de cuerpo. No tiene problemas en hacer desnudos; la ropa es simplemente una opción. Está programada para que le gusten todos los guiones que se le ofrecen. No le interesa el dinero. El único poder que necesita proviene de una fuente de electricidad.
Así las cosas, pronto Simone alcanza la fama mundial, convirtiéndose en una estrella adorada por millones de personas. Y esto, claro, también tiene sus problemas, ya que todos la quieren conocer. Viktor tendrá que ingeniárselas para convencer al mundo entero de que la nueva ambición rubia es real.