Escape explosivo es una propuesta de acción clase B, típica de las plataformas de streaming, que por esos milagros de la distribución en Argentina consigue pantalla en los cines.
Se llega a enterar su director, George Huang, y descorcha un champagne.

Un cineasta más recordado por Swimming with the Sharks (1994), una sátira ácida de la industria de Hollywood protagonizada por Kevin Spacey. En esta oportunidad incursiona en un género diferente con un proyecto que concibió junto al realizador Luc Besson, responsable del guión.

Luke Evans encarna a un agente de la DEA que se reencuentra con su exnovia —una conductora especialista en escapes— durante un fin de semana en Taipei. Mientras se reaviva el romance, surgen enemigos de la pareja relacionados con su pasado.

El resultado es el típico “robemos a John Wick, que es gratis y la gente se engancha”, que incluye la infaltable coreografía de pelea en una cocina.

 Evans interpreta con oficio el típico rol de Jason Statham, dentro de un reparto donde forma una buena dupla con la actriz china Gwei Lun-Mei.
El coreano Sung Kang, de la saga Rápido y Furioso, compone un villano decente y elevan con sus interpretaciones un argumento mundano que no representa la labor más iluminada de Besson.

Aunque la trama no se destaca por su creatividad, es justo resaltar que el director ofrece un trabajo estupendo con las secuencias de acción que sostienen el entretenimiento.
Sobresalen especialmente las persecuciones automovilísticas en las calles de Taipei, que aportan los momentos más sólidos del film.

Si buscás un entretenimiento pasable para desconectar la cabeza un rato, Escape explosivo se deja ver, aunque no sea un exponente memorable del género.