Una propuesta de terror inspirada en la famosa historia de Anna Ecklund quien fue protagonista del exorcismo más documentado de la historia.

Los hechos se desarrollaron en 1928, en la localidad de Iowa (Estados Unidos), y la víctima de la supuesta posesión fue sometida a múltiples rituales religiosos desde los 14 hasta los 46 años.

En 1936, la revista Time publicó una investigación sobre las experiencias de Ecklund, y desde entonces el caso ganó enorme popularidad entre teólogos y especialistas en fenómenos paranormales.

La adaptación cinematográfica contó un sólido reparto y una premisa interesante que permitía evadir los clichés tradicionales asociados con esta temática, sin embargo la realización quedó en manos de un realizador incompetente que no supo estar a la altura del proyecto.

La obra de David Midell parece una puesta teatral filmada para un servicio de streaming con la peor operación de cámaras vista en años.

El director quiso que su película tuviera una impronta documental, pero la cámara parece operada por un nene de siete años al que dejaron solo en un estudio con el botón del zoom como único juguete.

Los constantes movimientos temblorosos de los encuadres y el abuso de los primeros planos, lejos de transmitir una sensación de realismo, resultan irritantes y convierten a esta producción en un trabajo práctico amateur.

En este contexto Al Pacino, con una dignidad admirable, apela a su profesionalismo e integridad para brindar la mejor interpretación posible.

Lo mismo se aplica al resto del reparto integrado por Dan Stevens (Dowtown Abbey), Ashley Greene (Twilight), Abigail Cowen (Chilling Adventures of Sabrina) y Patric Fabian (Better Call Saul).

El desempeño del elenco es correcto pero los artistas terminan desaprovechados por un cineasta que no consigue crear situaciones de suspenso y apela a todos los clichés clásicos que vimos centenares de veces en otras películas malas.

El camino de la mediocridad siempre termina en la intención de emular El Exorcista de Willian Freidkin con una realización torpe e insípida.

Inclusive si sos fan de Pacino y gusta seguir todo lo que hace El ritual no merece desperdiciar el costo de una entrada de cine y podés esperarla más adelante en la televisión.

Por lejos una de las peores películas que pasaron por la cartelera en el 2025.