Basada en la novela de Stephen King “The long walk” publicada en 1979 bajo el seudónimo de Richard Bachman, llega su adaptación cinematográfica “Camina o muere” dirigida por Francis Lawrence (“Los...
Camina o muere

TITULO ORIGINAL: The long walk
ACTORES PRINCIPALES: Judy Greer, Mark Hamill, Ben Wang, Charlie Plummer, Roman Griffin Davis, Cooper Hoffman.
GENERO: Terror.
DIRECCION: Francis Lawrence.
ORIGEN: Estados Unidos.
DISTRIBUIDORA: BF+Paris Films
ESTRENO: 25 de Septiembre de 2025
108 Minutos
Apta mayores de 13 años
Basada en la primera novela de Stephen King. Plantea una premisa tan sencilla como perturbadora: cien adolescentes marchan sin descanso bajo reglas estrictas, en donde detenerse es morir.
RESUMEN CRITICAS
Hugo Zapata B +
Matías Lértora A -

IMDB (Internacional) 7.3
Rotten Tomatoes (USA) 89 %
Clarín muy buena
La Nación regular
CRÍTICA DE HUGO ZAPATA
Un gran año para los fans de Stephen King.
Tras la adaptación rigurosa de La vida de Chuck, esta semana se incorpora a la cartelera Camina o muere, un thriller basado en la primera novela de su carrera, publicada en 1979 bajo el pseudónimo de Richard Bachman.
La historia se ambienta en un futuro distópico donde Estados Unidos se encuentra bajo un régimen dictatorial y el gobierno organiza una competencia brutal para combatir la pereza de la población juvenil.
Cien adolescentes, escogidos mediante una lotería, deben caminar continuamente bajo pena de ejecución si desaceleran el paso o abandonan. El único superviviente obtiene como premio cualquier cosa que desee.
King concibió este relato en 1966, y en el conflicto se percibe con claridad una analogía con la Guerra de Vietnam, que por entonces se encontraba en pleno desarrollo. Aunque le costó publicar la novela, y recién llegó a las librerías ocho años después del éxito de Carrie, con el paso del tiempo The Long Walk se convirtió en un clásico del género juvenil distópico.
La gran mayoría de los libros relacionados con este género que se editaron en las últimas décadas estuvieron influenciados por esta obra.
Curiosamente, al igual que ocurrió con el proceso de publicación, la adaptación cinematográfica no fue sencilla. Grandes realizadores como George Romero y Frank Darabont lo intentaron sin éxito.
Finalmente, la película se concretó bajo la dirección de Francis Lawrence, un cineasta destacado en este subgénero gracias a Soy Leyenda y la saga de Los juegos del hambre.
En Camina o muere, Lawrence propone una película muy diferente, retomando la visión original que Darabont había tenido para este proyecto. A diferencia de la franquicia protagonizada por Jennifer Lawrence, el film se desarrolla como un thriller minimalista, sin secuencias de acción grandilocuentes y con un presupuesto limitado de apenas 20 millones de dólares.
El director optó por enfocarse en las luchas psicológicas de los participantes y los conflictos internos que atraviesan durante la brutal competencia. Por consiguiente, la película se sostiene gracias al excelente trabajo de los protagonistas, quienes mantienen el interés por el conflicto y la intriga hasta el desenlace.
Se percibe la sensación de ver una de esas producciones de semillero, donde los miembros del reparto secundario años después se consolidan como figuras de Hollywood.
Entre los actores más destacados se encuentran Cooper Hoffman (Licorice Pizza), Ben Wang, quien sorprende con un registro dramático opuesto al que mostró en la última entrega de Karate Kid, Charlie Plummer (All the Money in the World), y el corazón del film, David Johnson, quien había dejado una buena impresión en Alien: Romulus como el androide Andy.
Un irreconocible Mark Hamill también tiene sus buenos momentos como un militar sádico, aunque su rol es más secundario.
A diferencia de La vida de Chuck, los puristas de Stephen King podrían sentirse ofuscados con algunos cambios en la trama, especialmente el giro final.
Más allá de este detalle, la película de Lawrence retrata con efectividad los contenidos de la novela y, en términos generales, se suma a la lista de adaptaciones exitosas de la obra del autor.
CRÍTICA DE MATÍAS LÉRTORA
Hay películas que desde el minuto uno te agarran fuerte y no te sueltan hasta los créditos finales. Camina o muere es una de ellas. Francis Lawrence logra una adaptación hipnótica de la novela de Stephen King que me mantuvo atrapado de principio a fin, en una experiencia que combina tensión, emoción y una crudeza que incomoda, pero al mismo tiempo fascina.
Incluso se anima a la escatología bien gráfica, una rareza en el cine mainstream y que justamente potencia la experiencia.
Porque esta historia trata de llevar el cuerpo humano -y la mente- al límite, y la película no se guarda nada en mostrarlo, lo cual podría considerarse también como un paralelismo que el director intenta lograr hacia el espectador: causarle un mal momento.
Asimismo, hay algo irónico sobre esta obra y es que King la escribió a fines de los 60, mucho antes de que las ficciones distópicas se pusieran de moda y coparán la literatura, el cine y la televisión. El autor, como tantas veces en su carrera, fue un adelantado. Y más allá de que la novela se publicó varios años después, ya había dejado la semilla de un género que después explotó hasta el hartazgo.
Desde lo cinematográfico, Lawrence (experto en este subgénero gracias a la franquicia “Los juegos del hambre”), vuelve a demostrar que sabe manejar atmósferas densas y climas de tensión prolongada. La fotografía juega con la desolación del camino y la crudeza del entorno, mientras que la banda sonora es como un pulso constante, casi como el mismo paso de los protagonistas.
Y hablando del elenco, Cooper Hoffman sigue demostrando que es hijo de su padre al agregar más matices para que nosotros podamos ver.
Aquí te enganchas con su personaje, le creés pese a su bimensionalidial.
El resto del cast está muy bien, pero quiero destacar a Mark Hamill, quien se roba sus momentos en un rol secundario, pero contundente, de la misma manera en la cual lo hizo este mismo año con The Life of Chuck (basada en otra obra de King).
Camina o muere, es una propuesta incómoda y no para todo el público.Por eso mismo me animo a una reflexión que puede sonar extrema: debería ser la última película distópica. El cierre perfecto para una corriente narrativa que ya nos dio todo lo que tenía para dar. Esta obra no sólo está a la altura de su creador, sino que le da al género un broche de oro. Después de esto, no hace falta nada más.
CRÍTICAS DEL PUBLICO
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