Novocaine es una película que se suma a la corriente del “robemos a John Wick que es gratis y está de moda” con un espectáculo centrado en la violencia extrema y el humor negro.

La particularidad de esta historia es que el protagonista no es un asesino a sueldo ni un militar experimentado sino un tipo corriente que padece un trastorno del sistema nervioso que le impide percibir el dolor físico.

Jack Quaid, el hijo de Dennis Quaid y Meg Ryan, interpreta a un empleado bancario que se enfrenta a una banda de criminales que secuestró a su novia.

Su incapacidad para sentir dolor lo ayuda enfrentar todo tipo de situaciones extremas que la dupla de directores conformada por Dan Berk y Robert Olsen abordan con efectividad a través del humor negro.

En materia de acción el film no presenta grandes secuencias notables. Algo comprensible si tenemos en cuenta que este equipo de realizadores proviene del cine de terror clase B.

Se nota que intentaron emular a Crank, la película de culto de Mark Neveldine y Brian Taylor, pero el desafío les quedó demasiado grande.

La principal fortaleza de Novocaine se encuentra en el tratamiento del humor y la creatividad con la que trabajan la particular condición del protagonista.

Si bien el argumento se compone de un chiste que se repite durante 110 minutos, desde la realización le encontraron la vuelta para crear situaciones variadas vinculadas al sadismo y el morbo.

Jack Quaid tiene carisma y saca adelante el espectáculo con un personaje simpático que se limita a participar de situaciones violentas exageradas.

No hay mucho más para resaltar en esta propuesta que se olvida enseguida tras su primer visionado.