Su tercera película habla de una crisis diplomática... casi como la actual.

Ben Affleck como actor no es muy valorado por la crítica y el público. Sin embargo como director ha demostrado que es un gran realizador. 

Desapareció una noche fue una gran sorpresa. Fue su ópera prima y recibió excelentes críticas de la prensa y del público. De hecho figura bien arriba en el ranking 2007 de los lectores de cinesargentinos. Luego le siguió Atracción peligrosa (que título espantoso por cierto) que demostró que lo suyo era definitivamente la dirección.

Pero antes de su primer estreno fue noticia porque de lo que hablaba en aquella película, se lo podía relacionar con un tema policial que estaba sucediendo en aquellos días. En su película hablaba de una nena que era secuestrada. Unos meses antes desaparecía realmente una nena británica llamada Madaelaine. 

Esa similitud atrasó el estreno de la película en el Reino Unido y muchos hicieron notas al respecto. 

Fue una maldita casualidad para Ben Affleck en su debut. 

No tengo registros si para el estreno de Atracción peligrosa robaron algún banco en Boston... pero su nueva película Argo habla sobre una verdadera crisis en Teheran, donde la CIA se infiltra para rescatar a unos rehenes norteamericanos.

Esta semana mataron al embajador norteamericano en Libia, que si bien no está tan cerca de Irán, es de cierta manera un territorio hostil con historial de enfrentamientos con los Estados Unidos. 

Igual en Irán está todo de nuevo revuelto y nadie asegura que no pase nada en las próximas semanas. 

Ben Affleck debe pensar seriamente donde hace su próxima película o de que trata. Algo lo persigue.

Argo se estrena en octubre en la Argentina, y hay muchos rumores de que terminará en los Oscar. Eso en Ben Affleck ya no sería una casualidad.