Es una película muy extraña y provocativa, que necesita mucha paciencia del espectador para poder probar su punto: los sutiles límites entre la seducción y el abuso dentro de un salón de clases. La cuestión es que la primera parte de la película es básicamente un compendio de clases de filosofía, pero es a través de ellas que el personaje principal teje la madeja para el tipo de relaciones que quiere construir.