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La chica danesa es un típico "anzuelo de Oscar" que aborda de un modo hollywoodense una historia real interesante que merecía un tratamiento con mayor compromiso.
En lo personal suelo llamar "anzuelo de Oscar" a esas producciones norteamericanas (por lo general biografías) que parecen concebidas para llamar la atención de los miembros de la Academia de Hollywood.
Las tramas suelen presentar protagonistas que padecen alguna enfermedad, discapacidad física o trastorno psicológico y enfrentan una serie de adversidades.
En este caso se trata de la historia de Lili Elbe, la primera persona que se sometió a una cirugía de cambio de sexo en 1930.
Lily nació como Einar Mogens y estuvo casado con la pintora Gerda Wegener, quien se hizo famosa con una serie de retratos que presentaban a una modelo que en realidad era su esposo vestido de mujer.
La trama es una adaptación de una novela de ficción que se inspiró vagamente en la vida de Lily Elbe.
El director Tom Hooper ofrece una producción impecable desde los aspectos técnicos, donde sobresale especialmente la puesta en escena, la fotografía y la música de Alexandre Desplat.
Sin embargo, desde lo argumental el film nunca llega a profundizar en los conflictos internos del protagonista por encontrar su verdadera identidad y la dura transición que vivió en una sociedad que no estaba preparada todavía para aceptar estos temas.
La película apenas ahonda en el rechazo social que vivió la verdadera Lily Elbe y endulza en exceso una historia que merecía otro tratamiento.
En La chica danesa el director Hooper parece más preocupado por hacer lucir con la cámara los vestuarios y los escenarios del relato que en indagar en la psicología del personaje principal y los conflictos que enfrenta.
Por momentos queda la sensación que Einar quería convertirse en Lily simplemente para vestir ropas femeninas y la realidad es que su transformación tuvo una naturaleza mucho más compleja.
La gran sorpresa de este film es Alicia Vikander, quien interpreta a la esposa de Einar Mogen, y tuvo un rol mejor desarrollado. El arco argumental que tiene su papel estuvo más elaborado y la actriz se roba varias escenas de esta producción.
Por su parte Eddie Redmayne hizo un trabajo decente con este personaje pero los elogios a su interpretación son desmedidos. En lo personal su labor me pareció algo sobreactuada cuando encara los aspectos femeninos de Lily y nunca llegué a comprarlo en este rol. Por supuesto, esto es algo extremadamente subjetivo y tal vez otros espectadores lo aplaudan de pie.
En resumen, La chica danesa deja cierto sabor amargo por la falta de riesgo y superficialidad con la que se abordó una historia real que daba para mucho más.